Las tasas de partos por cesárea están aumentado en diversos países – un hecho que es incongruente con el modo de parto preferido por las madres. En Suramérica, la región donde más cesáreas se practican en el
mundo, estas tasas están llegando a proporciones del 40% de todos los partos, más
del doble del límite de 15% recomendado por la Organización Mundial de la
Salud.
Cuando dividimos los partos entre el sector de
prestación de servicios sanitarios público y el sector privado en países
suramericanos, vemos grandes diferencias. Se nos presenta una paradoja.
Mientras que las madres perciben que la decisión sobre el modo de parto en el
sector público es exclusivamente del médico, en el sector privado esta decisión
es discutida entre el profesional y el paciente, llegando así a un acuerdo más
justo. Sin embargo, las tasas reales nos muestran otra cara de la moneda.
En todos los países Suramericanos se presenta una
mayor incidencia de partos por cesárea en el sector privado que en el sector público,
llegando a tasas del 60 - 80% de partos por cesárea en el sector privado en países
como Brasil, Chile, México y Venezuela. Es así como se alzan preocupaciones
sobre la cantidad de cesáreas que se realizan con el propósito de agilizar los
partos para desalojar las camas más rápido y de esta forma permitir nuevas
admisiones, complaciendo el ánimo de lucro de las organizaciones sanitarias. El
pago por acto, utilizado en muchos sistemas sanitarios, puede contribuir con
este deseo de efectivizar el trabajo, planificando los partos por cesárea en días
laborales y horarios de oficina para lograr un menor coste y una mayor
comodidad para los profesionales. Los partos por cesárea resultan más rentables
para los prestadores de servicios sanitarios privados debido a que pueden facturar
una mayor suma a las aseguradoras, al mismo tiempo que se ahorran muchas horas
de trabajo a las cuales los partos vaginales conllevarían.
Se puede dudar sobre la justicia que se presenta al
tener un sistema sanitario donde las personas con mayores poderes adquisitivos
pueden comprarse un seguro privado y así conseguir una mejor atención a su
salud. ¿Pero que valor hay en pagar por una atención privada cuando los
prestadores privados frecuentemente actúan contra las normas éticas de la
medicina? Realizar partos por cesárea tiene la capacidad de salvar vidas cuando
es necesario – pero cortar vientres innecesariamente es un problema de salud pública
que no debería permitirse.
- Salomón
- Salomón
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